La crisis en Venezuela sigue empeorando a diario. La escasez de gasolina, alimentos, medicina y otros servicios, suman a sus filas la grave ausencia de gas en los hogares de los ciudadanos del país.
Conseguir una bombona de gas en una tarea complicada para el ciudadano de pie, que ven su vida correr en largas filas para adquirir un servicio básico esencial. La escasez es tal, que cuando el venezolano se topa con una bombona, necesita pagar con moneda extranjera para poder adquirir una.
“De verdad nunca pensé que llegáramos a esto, yo me aferro a Dios y le pido que nos ayude a salir de esta pesadilla. Es inhumano caminar durante horas y horas en búsqueda de una bombona de gas que pueda pagar y que las opciones sean muy pocas por no decir nulas”, relató Jesús Suárez, residente del municipio San Francisco en el estado Zulia.
En vez de evolucionar, Venezuela se retrasa. La gran dificultad para adquirir una bombona de gas, obliga a los ciudadanos a recurrir a métodos primitivos como cocinar en leña o usando carbón.
Largas filas para adquirir una bombona, pago en dólares, racionamientos, etc, marcan la peor crisis que ha tenido Venezuela con el gas.
El cese de la usurpación es inminente para desterrar a un régimen que no le importa el sufrimiento de los ciudadanos. pic.twitter.com/zf4si4xRGV
— Centro de Comunicación Nacional (@Presidencia_VE) 8 de julio de 2019
“La bombona de gas de 10 kilogramos se consigue en 10 dólares y la presentación de 18 kilogramos en 20 dólares. Esos precios solo los pueden pagar una minoría”, expresó otro ciudadano cansado de la grave crisis que azota al país.
Por su parte, Betty Pernía, sufre de bronquitis producto del humo que ha tragado por cocinar con leña para poder sobrevivir. “Desde hace tres meses no tengo bombona ni tendré por culpa del gobierno. No tengo ni bolívares ni dólares para adquirirla”, añadió.
En Barquisimeto, San Cristóbal, Margarita se han levantado numerosas protestas por el mismo problema. Habitantes de diferentes comunidades se hartaron de el deplorable estado de los servicios públicos y de la ausencia de respuesta por parte de las autoridades pertinentes.
La respuesta del régimen es la indiferencia y la crueldad. El pasado primero de julio, un joven menor de edad perdió la vista en ambos ojos tras haber recibido el impacto de más de 20 perdigones en su rostro por parte de efectivos de seguridad del Estado.